El signo et (&), también llamado "y comercial", es una ligadura de la conjunción copulativa latina «et», que a su vez equivale a las conjunciones españolas «y», «e».
Puesto que la conjunción copulativa es una de las palabras más frecuentes de un texto, ligaduras de esta son frecuentes en muchas escrituras. Por ello, en la escritura latina manuscrita de la antigüedad (la cursiva romana) ya se observan ligaduras de «et»; aparece con una forma similar a la que conocemos actualmente en la escritura carolingia. Con el advenimiento de la escritura gótica, este estilo de «et» dejaría de utilizarse en favor del llamado et tironiano (⁊), un carácter con un grosor aún más reducido. En el renacimiento y con la imprenta, el signo «et» fue recuperado en las obras escritas con letra humanística. Además fue muy usado en textos en latín, en francés (donde la conjunción es «et», al igual que en latín) y en inglés (por influencia francesa). No se usaba tanto en otros idiomas como español, italiano o portugués en los que la conjunción copulativa requiere una sola letra. Su equivalente griego es una ligadura que se expresa con el carácter kai (ϗ).
El nombre del signo es «et», según recomienda la RAE. También es conocido por su nombre en inglés “ampersand”,
proveniente, a su vez, de la expresión "and per se and", es decir, "y por sí mismo y", antiguamente usada como parte de la retahíla para
la memorización del alfabeto.
Historia
El «et» se remonta al siglo I y a la
antigua escritura cursiva romana, en la que las letras E y T
ocasionalmente fueron escritas juntas para formar una ligadura tipográfica. Para el siglo XI estaba bien
desarrollada, particularmente en la forma uncial, escritura insular y minúscula
carolingia. Los calígrafos hicieron un extensivo uso del «et», ya
que la condensación de una palabra en una sola letra facilitaba su trabajo.
Durante aquel tiempo, se desarrolló una versión mucho más comprimida del «et».
Uso
Deriva del latín de donde el signo pasó a diversos
idiomas, incluido el español. Su uso en esta lengua es superfluo, pues no
resulta económico (a diferencia de otros idiomas), ya que la conjunción
copulativa “y” tiene una grafía más breve y sencilla. En textos
españoles antiguos es frecuente encontrarlo empleado en la expresión latina
adoptada "etcétera", en las formas &c. o &cetera.
Un uso extendido es el que persiste en la bibliografía académica en inglés, en la enumeración de los autores, incluidas la expresión como & al. (del latín et alii, plural masculino, o et alia, plural neutro) & que se traduce como "y otros". La forma de «et» que aparece a la derecha es moderna. Fue creada en el renacimiento como equivalente para usarse con letra bastardilla. Como se observa en la lista de letras de Byrhtferð (año 1011), el signo «&» fue considerado a menudo como una letra más al final del alfabeto latino.
El signo en sí es una ligadura, combinación de diseño
de dos letras en un único grafema, usado para aumentar la velocidad de la
escritura manual. En la Edad Media y en los primeros tiempos de la imprenta el
uso de ligaduras era muy común, en este caso por la economía de espacio, cuando
la materia prima -pergamino o papel- añadía mucho al precio de los libros.
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