Una palabra no muy linda: "adefesio"...


La palabra "adefesio" proviene del latín ad efesios, refieriéndose a la epístola de san Pablo a los Efesios.

En cuanto a la historia de la palabra, el teólogo Paul A. Zimmerman afirma que "hablar adefesios", primero significó 'hablar en balde' y después 'decir algo extravagante'. Más tarde, el término habría pasado a las personas y a las ropas. "Andar hecho un adefesio" equivale hoy a 'estar tan feo, como ridículo'.

Según el Diccionario Histórico de la Lengua Española la palabra "adefesio" se basa en una historia acerca de un sacerdote católico que debía leer una de las paulinas Epístolas a los Corintios, pero tomó por error la Epístola a los Efesios, del mismo autor. Por esa razón, las afirmaciones equivocadas se llamaron "adefesios".

Los católicos niegan la veracidad de esa historia y sostienen que ad efesio pasó a significar 'disparate', 'adorno ridículo' o 'persona muy fea' debido a que durante el tiempo que permaneció en Éfeso, San Pablo corrió peligro y en una ocasión estuvo a punto de morir a manos del populacho incitado por los comerciantes y sacerdotes que vivían del culto a Diana (Artemisa). El Diccionario de la Real Academia Española se adhiere a esa opinión.

El filólogo Joaquim Vicenç Bastús y Carrera (Tremp, 1799 - Barcelona, 1873), en su refranero La sabiduría de las naciones o evangelios abreviados (1862), explica que la palabra "adefesio" podría proceder de la historia de Hermodoro, ciudadano de Éfeso de brillante posición, pero que finalmente fue condenado al ostracismo. Desde entonces, "hablar adefesios" (literalmente 'hablar a la gente de Éfeso') equivale a hablarle inútilmente a personas que no hacen ningún caso de nuestras palabras.







Fuente: Wikipedia.

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